Excelente película, contextualizada alrededor de los años 90 en plena guerra civil sudafricana, que nos muestra todas las difíciles situaciones por la que pasan los periodistas, en este caso, foto periodistas de guerra; que los hace convertirse en héroes por las hazañas que deben realizar, para poder tomar una imagen que pueda informar lo que está sucediendo. Poco a poco lo que empezó como una simple necesidad de contar la verdad, se convirtió en una droga para ellos. Donde el exponerse al peligro y a la muerte, los llenaba tanto de adrenalina, que terminaba siendo un juego.
Muchos dilemas éticos se desprenden de la labor realizada por estos 4 jóvenes, en especial los ganadores de los premios "pulitzer", Kevin Carter y Greg Marinovich. Los cuáles, una vez recibido su premio, fueron tildados, criticados e incluso acusados, por lo reflejado en las fotografías. Podemos ver, como ellos mismos se cuestionan frente a los hechos, pero
aun así su necesidad de informar era más grande que eso. Va más allá del dolor o
la impotencia de presenciar la muerte de otro ser humano, de la manera más
violenta y sangrienta. Pero ahí llegamos a justificar, si ellos se hubiesen
abstenido de tomar las fotografías y ayudar, tal vez nunca nos hubiéramos enterado
de la pobreza y la desnutrición severa de Sudán, ni de la forma tan violenta en la
que se estaban matando los dos bandos sudafricanos.
En el caso de Kevin, tal vez, se hubiese podido acercar donde la niña y ver que le sucedía ¿Por qué se encontraba en esa posición?, o si en verdad se dirigía hacía un comedor de la ONU, la hubiera podido acompañar o incluso cargar. En mi lugar, después de haber tomado la fotografía seguramente hubiese actuado así. Pienso que le faltó un poco de sensibilidad, o quizá para él era tan normal ver a niños con ese aspecto y en esa situación, que no era nada asombroso, como lo puede ser para nosotros que estamos del otro lado del mundo.
Cientos de muertes presenciaron estos foto periodistas que parecía que ya no les afectaba, aunque en algunos casos, se podían ver expresiones de asombro y de intento de ayuda, como le sucedió a Greg, antes del momento en que iba a tomar su fotografía ganadora. Que a mi parecer, fue una situación mucho más fuerte y difícil que la de Kevin, presenciar una muerte de esa manera no debe ser nada fácil. Aunque él tuvo la intención de ayudar, lógicamente su vida estaba por encima de la de victima, y no podemos culparlo por las razones que tenían los "Inkata" para matar a ese hombre. No podía exponerse él y exponer a sus compañeros, a un posible peligro. Por qué lógicamente si defendían al hombre, estarían tomando partido frente a la guerra; y su labor era netamente profesional, periodística y por tanto, imparcial.
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